top of page

Supervisas la cena… pero ¿y el show?

  • Foto del escritor: Marcos Rodríguez
    Marcos Rodríguez
  • 9 ago
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 10 ago


Por qué la supervisión del entretenimiento en hoteles debe recibir los mismos recursos que la restauración


Imagina esta escena.

Un dinner show en un hotel lifestyle, terraza al aire libre, mesas impecablemente servidas, velas encendidas y un chef que ha sacado cada plato en su punto. El servicio ha fluido como un reloj. Llega la actuación: una cantante con una voz increíble, un repertorio cuidado… y de repente, el micrófono falla. El sonido se corta a ratos, la iluminación deja al artista a contraluz y las miradas de los clientes empiezan a desviarse hacia sus móviles. El momento mágico se ha roto.


En apenas unos segundos, todo el esfuerzo invertido en la gastronomía se ha diluido en la memoria del huésped. Porque, al final, la última impresión es la que se queda.



El entretenimiento como parte integral de la experiencia


En Soul Space Consulting trabajamos con hoteles lifestyle, en su mayoría solo para adultos, que entienden que la diferenciación no se logra solo con una buena cama, una piscina y un desayuno espectacular. El huésped busca experiencias. Y el entretenimiento es una de las más potentes para generar recuerdos que duren mucho después del check-out.


Por eso, huimos del concepto de “animación hotelera” y diseñamos propuestas artísticas con músicos y artistas que pisan teatros, festivales y eventos de alto nivel. No son un simple complemento: son el broche final que marca el tono emocional de la estancia.


El gran error: supervisar la cena, pero no el show


Muchos directores que provienen de la gestión de hoteles vacacionales clásicos tienden a reproducir el mismo patrón en entornos lifestyle: asignar todos los recursos humanos y técnicos a la restauración y olvidarse de otros elementos clave de la experiencia, como las actuaciones.


Es un error estratégico. En un dinner show, la actuación es parte del servicio. Si el sonido es deficiente, si la cantante no se escucha, si el escenario está mal iluminado o si el artista no está cómodo, la experiencia se rompe. El huésped puede haber cenado de maravilla, pero si durante el show algo falla, su recuerdo final será negativo.


Por qué esos 60 minutos importan tanto


Una actuación suele durar alrededor de una hora. Ese es el momento en el que el huésped ya ha cenado, se relaja y presta toda su atención a lo que el hotel le ofrece. En ese corto espacio de tiempo nos jugamos:


  • La valoración del programa de entretenimiento.

  • La coherencia entre la promesa de marca y la experiencia real.

  • La emoción final con la que el cliente se irá a dormir… y con la que recordará el hotel.


Y la responsabilidad no termina cuando el artista se despide. La supervisión debe estar presente desde el primer acorde hasta el último minuto de desmontaje. Un cable retirado sin apagar el sistema, un altavoz que hace un chasquido al final o un desmontaje brusco pueden romper la atmósfera creada.


Mientras no se entienda que una actuación musical es tan importante como que un plato salga en su punto o una mesa esté correctamente servida, se estará poniendo en riesgo la experiencia de cliente, la reputación y la satisfacción global. Y esto, a la larga, se traduce en menor repetición, peor reputación online y pérdida de ingresos.


Buenas prácticas para elevar la supervisión de un show


  1. Asignar un responsable operativo del espectáculo, igual que existe un maître para el comedor.

  2. Prueba técnica completa (sonido, iluminación, espacio escénico) al menos 30 minutos antes.

  3. Comunicación constante entre equipo de sala y técnico durante la actuación.

  4. Control del cierre para evitar interrupciones bruscas o ruidos técnicos.

  5. Revisión post-evento para detectar mejoras de cara a la siguiente noche.



Conclusión: equiparar recursos y atención


La supervisión de una actuación debe recibir los mismos recursos humanos y técnicos que la supervisión de un servicio de cena. No basta con que el artista llegue y suba al escenario:


  • El sonido debe ser perfecto desde el primer acorde hasta el último.

  • La iluminación debe acompañar y realzar la propuesta.

  • El equipo técnico y de sala debe estar pendiente durante toda la actuación y su cierre.


Porque, aunque la gastronomía ofrece muchas oportunidades a lo largo del día para impresionar al cliente, el espectáculo tiene una sola: esos 60 minutos.


Es la última vivencia que el huésped guardará antes de ir a dormir y la que pondrá punto final a su día en tu hotel.


Espectáculo en vivo en un hotel lifestyle: 60 minutos donde la música, la iluminación y el servicio crean una experiencia inolvidable para el huésped.
Espectáculo en vivo en un hotel lifestyle: 60 minutos donde la música, la iluminación y el servicio crean una experiencia inolvidable para el huésped.

.

 
 
 

Comments


bottom of page